Tradición y modernidad en la primera suite para violonchelo solo
Reseña de la obra
Cuando en 1915 Max Reger (1873-1916) compuso sus Tres Suites op. 131 c para violonchelo solo no estaba engrosando simplemente un aletargado repertorio que hasta ese momento estaba nutrido casi exclusivamente por material de corte pedagógico, el repertorio para violonchelo solo, sino que, más específicamente, devolvió a la vida a un género que había quedado congelado ya desde su nacimiento: el género de la Suite para violonchelo solo. Casi doscientos años antes, el omnipotente J.S. Bach (1865-1750) había otorgado condición de instrumento cantor y autosuficiencia al violonchelo, instrumento que hasta ese momento había tenido más bien papeles (nada desdeñables, eso sí) de bajo continuo y apoyo armónico.
Con sus casi bíblicas Seis Suites para violonchelo solo enseñó las capacidades ocultas que este instrumento poseía, siendo un lugar común hoy en día que, sencillamente, no se puede componer nada mejor para el instrumento. El paralelismo entre ambos compositores es más que plausible, teniendo en cuenta la admiración que Reger hacia la música de Bach. Este trabajo viene a analizar las posibles referencias de corte armónico, melódico e instrumental que existen entre ambos cuerpos de obras, con especial referencia a la primera de las Tres Suites de Reger.
Autora
Aguilera Cerezo, Juan. Natural de Jaén, comienza los estudios de violonchelo en su ciudad natal con José Antonio Camargo, con quien años después terminará los estudios superiores de su instrumento, con obtención de las máximas calificaciones y Premio Extraordinario fín de carrera. Paralelamente, obtiene también primera mención del Premio Extraordinario al culminar los estudios de Derecho. Asimismo, realiza los estudios de doctorado en musicología en la Universidad de Granada, obteniendo la máxima calificación para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados. Ha recibido consejos de maestros como Álvaro Campos, Lluis Claret, Asier Polo o Enrico Dindo. Forma parte del dúo Naptha, con quien ha cosechado grandes elogios de público y crítica. Ha sido dedicatario de obras de compositores como Óscar Prados y David Ruiz. Actualmente, comparte y amplia su formación junto a los niños y niñas del Conservatorio de Alcalá la Real. Toca un soberbio instrumento construido por David Bagué.